La Muerte Programada de Medicare Advantage en Puerto Rico: Cómo el Gobierno Federal Condena a los Envejecientes
- Dr. Wil Rodriguez
- 24 ago
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Por Dr. Wil Rodriguez | TOCSIN Magazine

A los 78 años, doña Carmen Vázquez de Aguadilla depende de un tanque de oxígeno para respirar y medicamentos para el corazón que cuestan $1,400 mensuales. Su plan Medicare Advantage le cubre la mayoría de estos gastos, pero lo que ella no sabe es que el gobierno federal ha programado sistemáticamente la muerte de su sistema de salud.
Mientras los ciudadanos estadounidenses en los estados reciben un promedio de $1,130 dólares por beneficiario de Medicare, Puerto Rico recibe apenas $684—una diferencia del 65% que se ha duplicado en los últimos 15 años. Esta no es una disparidad accidental o temporal. Es una política colonial deliberada diseñada para hacer insostenible la atención médica para los envejecientes puertorriqueños y forzar su emigración o, sencillamente, acelerar su muerte.
Los pagos base promedio de todo el programa serán 65% superiores a los aplicables a Puerto Rico ($1,130 promedio frente a los $684 de Puerto Rico), lo cual es más del doble que la distancia que existía para el año 2011, cuando los pagos promedio de todo Estados Unidos eran 32% más que los de Puerto Rico.
La disparidad no está disminuyendo—está empeorando intencionalmente. Y detrás de esta política de muerte programada se encuentra una estrategia colonial que busca vaciar Puerto Rico de su población envejeciente para facilitar la gentrificación y el desarrollo especulativo.
El Colonialismo Médico: Ciudadanos de Segunda Clase en Su Propia Patria
Puerto Rico tiene una población de aproximadamente 3 millones de habitantes. Aproximadamente 1.3 millones de la población son personas mayores de 60 años. Más del 28% de las personas del territorio tienen más de 60 años y el 6% tiene más de 80 años.
Esta población envejeciente representa el sector más vulnerable de una colonia que ya enfrenta discriminación sistemática por parte del gobierno federal. Los puertorriqueños son ciudadanos estadounidenses que han servido en las fuerzas armadas, pagado impuestos federales sobre ciertos ingresos, y contribuido a Medicare durante sus años de trabajo. Sin embargo, reciben atención médica de segunda clase simplemente por residir en una colonia estadounidense.
La diferencia en los reembolsos no refleja diferencias en el costo de vida o necesidades médicas. Puerto Rico enfrenta tasas más altas de diabetes, enfermedades cardíacas, y otras condiciones crónicas que requieren atención médica costosa. Los envejecientes puertorriqueños tienen necesidades médicas más complejas que muchas poblaciones en los estados, pero reciben significativamente menos recursos para atenderlas.
Las Matemáticas de la Muerte: $800 Millones en Recortes
El gobernador Pedro Pierluisi subrayó al gobierno federal que el plan preliminar para regular los reembolsos de 2024 a Medicare Advantage, que puede provocar una reducción de $800 millones anuales en los pagos a esos planes médicos en la isla, representaría “el mayor [recorte] en la historia de Puerto Rico”.
Este recorte de $800 millones no es una medida de austeridad neutral—es una sentencia de muerte para miles de envejecientes puertorriqueños. Para poner esta cifra en perspectiva:
$800 millones divididos entre aproximadamente 600,000 beneficiarios de Medicare en Puerto Rico equivale a una reducción de más de $1,300 por persona anualmente
Esta reducción eliminaría fondos suficientes para operar múltiples hospitales especializados en geriatría
Los medicamentos especializados para enfermedades crónicas se volverían inaccesibles para miles de pacientes
Los servicios de atención domiciliaria y cuidados paliativos serían eliminados masivamente
El Apartheid Médico: Dos Sistemas, Una Bandera
A pesar de esta diferencia, MCS Classicare ha mantenido altos estándares de calidad que le han permitido alcanzar la calificación de 5 estrellas, mientras que el presupuesto promedio por beneficiario de Medicare en Estados Unidos es significativamente mayor, en Puerto Rico es considerablemente más bajo.
Esta declaración revela la perversidad del sistema: las aseguradoras de Puerto Rico logran calidad de cinco estrellas con una fracción de los recursos disponibles en los estados, demostrando que la disparidad en reembolsos no se justifica por diferencias en eficiencia o calidad. Las empresas puertorriqueñas están haciendo más con menos, mientras el gobierno federal usa esto como excusa para mantener la discriminación económica.
El apartheid médico funciona así:
En los Estados: Medicare Advantage recibe reembolsos robustos que permiten servicios amplios, especialistas disponibles, y medicamentos de última generación
En Puerto Rico: Medicare Advantage opera con reembolsos reducidos que fuerzan racionamiento de servicios, listas de espera para especialistas, y medicamentos limitados
Ambos sistemas operan bajo la misma bandera estadounidense, para ciudadanos estadounidenses, pero con recursos dramáticamente diferentes basados únicamente en geografía colonial.
La Estrategia de Despoblación: Emigra o Muere
El estudio PREHCO mostró cobertura de salud casi universal, la más alta de cualquier grupo racial/étnico, con el 98 por ciento de los encuestados reportando que tenían seguro privado o estaban asegurados por un programa federal de seguro de salud, como Medicaid o Medicare.
Esta cobertura universal en Puerto Rico contrasta brutalmente con la calidad y accesibilidad de los servicios. Tener seguro médico no garantiza acceso a atención médica adecuada cuando ese seguro está sistemáticamente subfinanciado.
La estrategia es diabólicamente eficiente:
Mantener cobertura nominal para evitar escándalo político
Reducir reembolsos para degradar calidad del servicio
Crear crisis de atención médica que force decisiones imposibles
Empujar emigración de envejecientes hacia los estados donde sí hay recursos
Vaciar la isla de población que requiere servicios costosos
Los envejecientes que no pueden emigrar enfrentan una atención médica progresivamente deteriorada que acelera complicaciones médicas y, ultimadamente, mortalidad prematura.
El Business de la Muerte Colonial
Las variaciones geográficas, raciales y étnicas en la calidad de atención y resultados han sido bien documentadas entre la población de Medicare. Pocos datos existen sobre beneficiarios que viven en Puerto Rico, tres cuartos de los cuales se inscriben en Medicare Advantage.
Esta falta de datos no es accidental—es una estrategia deliberada para ocultar las consecuencias mortales de la discriminación en reembolsos. Sin datos detallados sobre outcomes de salud, el gobierno federal puede mantener la disparidad mientras niega sus impactos letales.
Lo que sabemos es alarmante:
Puerto Rico tiene las tasas más altas de diabetes en la jurisdicción estadounidense
Las enfermedades cardíacas son la principal causa de muerte, con tasas superiores a muchos estados
El acceso a especialistas es limitado, creando retrasos peligrosos en tratamientos críticos
Los medicamentos de última generación son inaccesibles para muchos pacientes
Los Arquitectos de la Muerte Programada
Esta política genocida no surge del vacío—tiene arquitectos específicos en agencias federales, el Congreso, y la industria de seguros que se benefician de la discriminación contra Puerto Rico.
Los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid (CMS)
CMS establece las tasas de reembolso que perpetúan la disparidad. A pesar de décadas de evidencia sobre la discriminación, la agencia continúa aplicando fórmulas que sistemáticamente subfinancian la atención médica puertorriqueña.
El Congreso de Estados Unidos
Los congresistas de los estados tienen incentivos perversos para mantener la disparidad: más recursos para Puerto Rico significa menos recursos disponibles para sus propios constituyentes. La falta de representación voting de Puerto Rico en el Congreso garantiza que estas injusticias continúen sin consecuencias políticas.
La Industria de Seguros
Las aseguradoras se benefician de la disparidad porque pueden ofrecer servicios reducidos en Puerto Rico mientras mantienen márgenes de beneficio similares a sus operaciones en los estados. La discriminación en reembolsos se convierte en subsidio indirecto a las ganancias corporativas.
El Impacto Humano: Historias Que Los Números No Cuentan
Detrás de cada estadística sobre disparidades en reembolsos hay familias destrozadas, tratamientos negados, y muertes evitables.
El Racionamiento de Medicamentos
Doña María Rivera, de 82 años y residente de Bayamón, debe elegir mensualmente entre sus medicamentos para la diabetes y los para el corazón. Su plan Medicare Advantage cubre uno completamente, pero el otro requiere un copago de $340 que su pensión de Seguro Social no puede cubrir. En los estados, ambos medicamentos estarían completamente cubiertos.
Las Listas de Espera Mortales
Don José Martínez necesita cirugía cardíaca que podría salvar su vida, pero el único cardiocirujano disponible en su plan tiene lista de espera de ocho meses. En Florida, donde vive su hermano con el mismo problema médico, la cirugía se programó para dos semanas después del diagnóstico.
La Emigración Forzada
La familia Rodríguez se mudó de Ponce a Orlando exclusivamente porque el tratamiento de cáncer que necesitaba la abuela no estaba disponible en Puerto Rico a través de Medicare Advantage. Dejaron su hogar, su comunidad, y su cultura para acceder a atención médica que debería estar disponible como derecho de ciudadanía estadounidense.
La Gerontocidio Colonial: Cuando el Abandono Sí Es Asesinato
El término “gerontocidio”—el asesinato sistemático de personas ancianas—generalmente se aplica a acciones directas de violencia. Pero el abandono sistemático de los envejecientes también constituye una forma de gerontocidio cuando es deliberado, sostenido, y predecible en sus consecuencias mortales.
La política federal hacia Medicare Advantage en Puerto Rico cumple todos los criterios del gerontocidio indirecto:
Deliberada: Las disparidades en reembolsos son políticas conscientes, no accidentes administrativos
Sostenida: La discriminación ha persistido y empeorado por décadas
Predecible: Los funcionarios federales saben que subfinanciación resultará en atención médica inferior y mortalidad aumentada
La Resistencia Médica: Profesionales de Salud Contra el Sistema Colonial
A pesar de los recursos limitados, profesionales de salud en Puerto Rico han desarrollado estrategias de resistencia para proteger a sus pacientes envejecientes del abandono federal.
Redes de Solidaridad Médica
Médicos especialistas han creado redes informales para compartir recursos, equipos, y expertise, compensando las deficiencias creadas por subfinanciación federal. Cardiólogos comparten tiempo en equipos de diagnóstico, oncólogos coordinan tratamientos para optimizar recursos limitados.
Activismo Profesional
El Colegio de Médicos-Cirujanos de Puerto Rico ha documentado sistemáticamente las consecuencias de la disparidad en reembolsos, creando evidencia que contradice las justificaciones federales para mantener la discriminación.
Innovación por Necesidad
La escasez de recursos ha forzado innovaciones en telemedicina, atención domiciliaria, y manejo de enfermedades crónicas que, irónicamente, han resultado en algunos indicadores de calidad superiores a los de muchos estados.
El Costo Real de la Discriminación Colonial
La disparidad en Medicare Advantage no solo afecta a los envejecientes—tiene impactos económicos y sociales que reverberan por toda la sociedad puertorriqueña.
Fuga de Cerebros Médicos
Los médicos especializados en geriatría emigran hacia los estados donde pueden ejercer con recursos adecuados y reembolsos justos. Esta emigración médica empobrece el sistema de salud puertorriqueño y crea ciclos viciosos de escasez.
Carga Familiar Insostenible
Las familias puertorriqueñas gastan ahorros, hipotecan propiedades, y se endeudan para cubrir gastos médicos que estarían cubiertos si vivieran en los estados. Esta carga financiera empuja familias completas hacia la pobreza.
Pérdida de Capital Social
Los envejecientes son repositorios de conocimiento, cultura, y redes sociales. Su emigración forzada o muerte prematura representa pérdidas irreparables de capital social que empobrecen las comunidades puertorriqueñas.
La Alternativa: Medicare Para Todos Como Derecho Colonial
La solución a la crisis de Medicare Advantage en Puerto Rico no es técnica—es política. Requiere reconocer que la atención médica es un derecho humano que no puede estar subordinado a consideraciones coloniales o de presupuesto federal.
Paridad Inmediata en Reembolsos
Puerto Rico debe recibir reembolsos idénticos a los estados para condiciones médicas equivalentes. No hay justificación económica, médica, o moral para mantener ciudadanos estadounidenses en sistemas de salud de segunda clase.
Expansión de Servicios Especializados
Los fondos adicionales deben invertirse en centros de excelencia geriátrica, equipos médicos especializados, y programas de educación médica continua que retengan talento médico en la isla.
Eliminación de Barriers Burocráticos
Los procesos de autorización previa, referencias, y aprobaciones deben simplificarse para reducir retrasos que son particularmente peligrosos para envejecientes con condiciones agudas.
La Hora de la Verdad: Ciudadanía Real o Colonialismo Perpetuo
La crisis de Medicare Advantage en Puerto Rico representa una prueba fundamental sobre la naturaleza de la ciudadanía estadounidense. ¿Son los puertorriqueños ciudadanos estadounidenses plenos con derechos iguales a atención médica digna? ¿O son súbditos coloniales cuyas vidas tienen menor valor que las de ciudadanos en los estados?
Las próximas decisiones sobre reembolsos de Medicare determinarán si Estados Unidos honra sus compromisos constitucionales con los ciudadanos puertorriqueños o profundiza una política colonial que literalmente mata a los envejecientes por conveniencia fiscal.
La Verdad Incómoda: El Genocidio Silencioso
La palabra “genocidio” incomoda, pero la Convención para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio define genocidio como actos cometidos con intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso, incluyendo “someter intencionalmente al grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física total o parcial.”
La política federal hacia los envejecientes puertorriqueños cumple esta definición:
Grupo Definido: Puertorriqueños envejecientes como población distintiva
Intencionalidad: Políticas deliberadas que crean condiciones letales
Condiciones Destructivas: Subfinanciación que resulta en atención médica inadecuada
Destrucción Parcial: Emigración forzada y mortalidad prematura que reduce la población
El Momento de Resistencia
Los envejecientes puertorriqueños no morirán en silencio. Sus familias no aceptarán la discriminación como destino inevitable. Las comunidades puertorriqueñas no permitirán que el colonialismo médico continue destruyendo a sus miembros más vulnerables.
La resistencia debe ser múltiple:
Legal: Demandas federales challenging la discriminación en reembolsos como violación de derechos civiles
Política: Cabildeo intensivo para conseguir paridad legislativa en reembolsos de Medicare
Médica: Redes de solidaridad profesional que maximicen recursos disponibles
Comunitaria: Sistemas de apoyo que protejan a envejecientes mientras se resuelve la discriminación sistémica
Internacional: Denuncia del genocidio colonial en foros internacionales de derechos humanos
Conclusión: Entre la Vida y la Muerte Colonial
La crisis de Medicare Advantage en Puerto Rico no es una falla administrativa que se puede resolver con ajustes técnicos. Es una manifestación del colonialismo estadounidense en su forma más cruel: la negación sistemática de atención médica digna a ciudadanos estadounidenses por el crimen de residir en una colonia.
Cada envejeciente puertorriqueño que muere por falta de acceso a tratamientos disponibles en los estados es víctima de una política federal que prioriza considerations fiscales sobre vidas humanas. Cada familia que se ve forzada a emigrar para acceder a atención médica adecuada está siendo expulsada de su patria por políticas coloniales diseñadas para vaciar la isla.
Pero esta historia no está terminada. La resistencia se está organizando, la conciencia se está elevando, y la justicia, aunque tardía, finalmente llegará.
Los envejecientes de Puerto Rico han servido a esta nación, han pagado sus impuestos, han criado familias que contribuyen a la sociedad estadounidense. Merecen algo mejor que ser condenados a muerte por una política colonial que los trata como ciudadanos de segunda clase.
La hora de la justicia médica ha llegado. Y será conseguida, cueste lo que cueste, porque la dignidad de nuestros envejecientes no tiene precio, y su derecho a la vida no puede ser negociado por consideration fiscal alguna.
La muerte programada de Medicare Advantage en Puerto Rico puede ser detenida. Pero solo si tenemos la voluntad política de reconocer el genocidio colonial que está ocurriendo en nuestras barbas, y la determinación moral de pararlo antes de que sea demasiado tarde.
Nuestros envejecientes merecen vivir con dignidad. Es hora de que el gobierno federal honre esa verdad fundamental.
Reflexión
Considera tu propia relación con la crisis de salud colonial y la justicia médica:
¿Sabías que los envejecientes puertorriqueños reciben 65% menos recursos de Medicare que los ciudadanos en los estados?
¿Cómo afecta esta disparidad a personas mayores en tu familia o comunidad?
¿Has observado diferencias en calidad de atención médica entre Puerto Rico y los estados?
¿Qué conexiones ves entre la crisis médica y el estatus colonial de Puerto Rico?
¿Estarías dispuesto/a a participar en acciones para exigir paridad en reembolsos de Medicare?
¿Cómo podrías contribuir a proteger a los envejecientes de tu comunidad?
¿Qué preguntas harías a los políticos sobre sus planes para resolver esta crisis?
Si estas preguntas te indignan o te hacen cuestionar la justicia del sistema actual, estás comenzando a ver la realidad del colonialismo médico. La indignación es el primer paso hacia la acción.
¿Listo para entender cómo el colonialismo está matando a nuestros envejecientes?
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